¿Sabías que el teatro puede ser terapéutico?
El teatro se ha considerado por grandes personajes de la
psicología como un arte terapéutico, ya que nos ayuda a acercarnos a las demás
personas y a mostrar lo que muchas veces ocultamos sin temor al qué dirán; o
por la simple razón de que cuando se muestra la realidad en el escenario todo
se ve más divertido.
Muchas de las personas que han estudiado este arte o que en
algún momento de la vida han tenido la oportunidad de hacer parte de algo así,
aseguran que desde allí la vida se ve más fácil; “En muchos momentos de la vida
me he sentido invisible tanto para mi familia como para la sociedad, muchas
veces cuando estoy en el escenario representando a un personaje reconocido o
simplemente algo de la cotidianidad, me siento apoyada por que quizás a veces
las escenas coinciden con mi realidad o con las situaciones que a lo largo de la vida he tenido que
enfrentar, eso lo tomo como una terapia de desahogo y lo mejor de todo sin
tener que exponerme ante las demás” Estas fueron las palabras de la actriz
María Camila Rodríguez Gómez, Egresada de la escuela y academia talentos Efraín
Arce Aragón.
El escenario, el espectador y tus compañeros de escena se
pueden convertir en tus mejores aliados para superar nuestras propias
dificultades, ya sea que hagamos esto de forma directa o indirecta esto nos
dará un resultado muy satisfactorio, pues sentiremos que nos quitaremos un peso
de encima y esto nos dará una visión diferente acerca de las situaciones
diarias que se nos presentan.
Yo creo que en mi experiencia personal podría compartirles
algo que para mí ha sido muy gratificante y que me ha ayudado mucho desde que
estudio teatro, y es que perdí ese miedo que las personas se burlen o no me
vean siempre bien, pues no siempre superficialmente tu representación es
bonita; entonces creo que esto es algo que me ha ayudado a romper con ese temor
que muchas veces no me dejaba mostrarme tal como era, quizás solo por encajar
dentro de los prototipos que ha implantado la sociedad me dedicaba a usar
mascas y caretas que no mostraban mi verdadera persona.
Creo que con estos dos testimonios anteriores podemos ver
que el teatro nos puede ayudar a romper con nuestros miedos e inseguridades,
que así “de mentiras” podemos desahogarnos con el otro y hacerle ver nuestro
dolor de una manera no muy directa, ya que estamos protegidos por una
personificación que en realidad puede ser relativa en múltiples casos; ya que
muchas de las cosas que en el escenario se muestran no solo pueden ser
dificultades y debilidades que afectan al actor, sino también al espectador ya
que ellos también se pueden sentir identificados y quizás esto les dé una
perspectiva más amable de las situaciones cotidianas que a diario enfrentan.
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